El casco histórico de Viana, con sus calles estrechas, sus fachadas armoniosas y sus paneles azulejados, representa uno de los mayores conjuntos patrimoniales a  nível urbano del país, y supone un reclamo para millares de turistas cada año, atraídos por sus cafés, sus plazas y museos.

En este sentido, destacan la Iglesia Matriz (Catedral, con elementos románicos y góticos), el antiguo Pazo del Ayuntamiento, o la fuente y Casa de la Compasión. Desde la costa hasta Santa Luzia, podemos trazar un itinerario que nos lleva al Fuerte de Santiago da Barra, a la Iglesia de la Agonía, o a la de São Domingos; al Museo de Artes Decorativas (colecciones de loza portuguesa antigua, pintura, dibujo y arte decorativa de los s.XVI- XIX), al  Navio Gil  Eannes o al Centro Cultural (realizado por el famoso arquitecto Siza Vieira): a la Plaza de la Libertad, al Museo del Traje (con trajes populares usados en los desfiles de las fiestas populares de la  Agonia) o a la Plaza de la República ( S-  XVI)

Pero hay más. En una ciudad reconocida por su participación en los descubrimientos portugueses de los siglos  XV y  XVI, y por ser el puerto de la pesca del bacallao (así lo corrobora el navío Gil  Eannes), su accesibilidad, seguridad y comodidad, sumada a su clima, patrimonio, oferta cultural, de ocio y deportiva, hacen que las posibilidades de éxito sumen muchos enteros. Capital del Limia, elegante, colorida, descubridora, muy renovada y llena de sorpresas agradables, así es Viana del Castelo hoy.