El Entrudo do Pai Velho, en la parroquia fronteriza de Lindoso, es una tradición única en Portugal, que se asemeja a algunos de los carnavales vecinos del lado gallego. Se trata de una antigua ceremonia que señala el inicio del año agrícola para las poblaciones de la sierra, que despiden el invierno y celebran la llegada de la primavera. Los festejos comienzan casi al pie de los hórreos, con el castillo de Lindoso enfrente, al sonido de bombos, concertinas, castañolas y cánticos varios. El “Enterro do Pai Velho” comienza el martes de carnaval con un desfile de dos carros de bueyes, uno con un busto de madera (“o pai velho”, el invierno) y otro lo “das Ervas” (la primavera). La comitiva de músicos y los vecinos lo acompañan entonando canciones populares. Entre ellos, una docena de figuras en blanco, cada una con una candela encendida y una cruz por delante, con gemidos y gritos: “Adeus Vello Pai – eras un bo Pai“.

Ya de noche, la figura es quemada en el centro del pueblo, con la lectura paralela a modo satírico de anécdotas vecinales (muy al estilo del conocido como“testamento do burro” de Laza, en Ourense). El busto, eso sí, queda guardado para la fiesta del año siguiente. Este tipo de ritual de raíz medieval se cumple en Castelo y Parada, el domingo y el martes de carnaval.

Evidentemente, la fiesta viene aderezada de buena gastronomía de la zona, con el cocido, las costillas, el paio o el salpicão, acompañados de verduras y hortalizas de primera categoría.