Este emblema de la cultura peninsular corona el monte Morouzo, en la parroquia de Zos (Trasmiras) y es un reclamo publicitario de la compañía Jerez Veterano para su brandi. Con forma de toro de lidia y unos 14 metros de altura, se colocaron a lo largo de las carreteras españolas en los años 50 del pasado siglo XX (los primeros comenzaron a instalarse en 1958). Se encargó de tal tarea a la agencia Azor Publicidad y el diseño fue cosa de Manolo Prieto. Los primeros eran de madera, de 4 metros de alto, con los cuernos pintados de blanco y la marca “Veterano” también en blanco. El primero que se colocó fue en el punto kilométrico 55 de la carretera que iba de Madrid a Burgos, a la altura de Cabanillas de la Sierra.
Ya en el 1961 comenzaron a hacerse de metal, más resistentes a las inclemencias
meteorológicas. El tamaño pasó a ser de 7 metros y al año siguiente ya se diseñarían
de 14 metros. A mediados de 1988 la Ley General de Carreteras obligó a desmontarlos,
pero se siguieron manteniendo hasta que en 1994 se publicó el Reglamento General de Carreteras, lo cual obligaba a su retirada. Comunidades autónomas, municipios,
asociaciones y personajes relevantes de la política y cultura a nivel estatal se
manifestaron a favor de su mantenimiento. Finalmente se declaró “patrimonio cultural y artístico de los pueblos de España” y en 1997 el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de su mantenimiento.
Hoy en día se encuentran declarados Bien de Interés Cultural. Conservándose un total
de 91 de estos toros en toda España, cinco de ellos los podemos ver en Galicia. En
marzo del 2010, este conservado en Trasmiras fue repuesto por técnicos de Osborne
después de haber sido destrozado en enero del mismo año por el viento.